BARBACOA, RELATO PARA COMÉRSELO
JORNADA PRIMERA
Don Servando, para servir a dios y a usted, no estaba para gaitas escocesas. Ay de su Alhama: se le veía venir al morituri te salutant, Xosé María No Sé Qué Más. Adelante pues con sus faroles…
-Soñar anda por el espacio de un cualquiera. Los ingleses llaman las yeguas de la noche a las pesadillas. Whiskeys para qué os quiero…- dijo el Hombre sin Futuro Perfecto, tose que te toserás, esputo va y esputo viene erre que erre.
Pero su confesor no iba a dar a torcer su brazo seculorum. Torres más altas han caído. La historia del tal Norberto y su trágala perro no tenía desperdicio. Otra cosa sería el recibir los sacramentos con la trampa y el cartón a cargo del viejales, pobre de pedir peras al olmo, con trampa y con cartón. Con el Señor, no se juega, no señor. Solo faltaba…
-Ni lo creo ni lo dejo de creer… – remachaba don Servando, el pater noster- Vamos a cuentas pues con el Altísimo y lo demás son cuentos de calleja…
-Tanto así… Allá vamos… Yo pecador me confieso… Érase que se era, al final de la Tierra, cierto Cabo Prior, que no sargento de cuchara, tenedor y cuchillo. Galaicos somos y en Santa Comba nos encontraremos, en plena romería y ay, Carballeira.
«Mi señora y yo, un servidor, juntos y revueltos, acompañados de rapaciña y rapaciño, santo dónde te pondré, nos disponíamos a cumplimentar, merendola de quitarse la boina y el sombrero de copa, una barbacoa como está mandada, a base de carnaza suculenta, donde digo torreznos, pan de brona, duro como la piedra y oro de los maizales, digo bota que crio y tintorro al canto gregoriano, rebautizado con gaseosa, que es el champán del pobre pero honrado.
«Una cesta de mimbre crepitante se encargó de liarla parda. Sabela y su hermanísimo, verbeneros al cuidado del condumio mientras sus progenitores se encargaban de saludar al respetable, no saben, no contestan. Nada por aquí, nadie por acullá. El festín de Camacho, otrora rico a la par de sabroso, se dijera tragado por la tierra. Llanto y crujir de muelas de mis vástagos, hambre canina y sed de agua bendita para obrar el milagro.
«Una correveidile cotorrona, doña Remigia, alma caritativa, se encargó del mandarnos el recado. Según ella, a un tal Norberto, mamalón de padre y señor suyo, se le había visto merodear, andurrial que te crio, en busca de pitanza que llevarse al coleto y la colecta.
-A mí que me registren en la propiedad, no vaya a ser que me ponga farruqueño…
«Mi santa y nuestra prole, levantiscos de cintura, en jarras doble ce y jarrones chinos capuchinos, aguardan mi respuesta pajolera. Un hombre es un hombre, no el cuarto menguante y la mitad de media y los calzones, a la hora de defender los derechos torcidos. El santuario no se se rinde jamás de los jamases ni engorrina por la pata abajo.
«Sabela y Jacobito, en un unísono digno de mejor causa, inician una llantina en sol mayor sostenuto que daba gloria verlo y aun creerlo.
«Se me puso un nudo gordiano en la garganta.
-Quietos parados, listos, ya… ¿Quién dijo miedo? Ahora veréis lo que vale una peineta… Su y a ello, masculino singular en gramática cultilatiniparla… Y en cuanto a ti, donnaemobile de mis entretelas, incendia aquellas brasas de mi fuego sagrado donde poner carnestolendas cabe la barbacoa de marras y de morros. De perdidos al río: Norberto. ole torero, se va a bautizar Pepino, el Breve. Rabo de buey y orejas gachas, pitos y flautas, tras un pinchazo hondo como no está mandado.
-Escucho y obedezco, genio de mi lámpara… Con la música a otra parte…- se despidió con viento fresco la aludida- Hijos míos, por aquí se va a Madrid, la capital de las Españas…
-Arre, Xose María… ¡Seré burra…! Quise decir Lucero…
-Podía irse preparando Norberto chinda-chinda: donde las dan, las toman… En el tabernáculo de lona raída donde lo encontré emporronado de lo lindo, contando a sus secuaces hazañas carniceras, reinó un silencio aleteante de moscas y moscones. Hasta los grillos pusieron pies en polvorosa de vuelta a su agujero, no fuera a ser les alcanzase la contienda lepantina y terminaran mancos o en los baños de Argel y pasados por agua.
«Norberto, con ganas de pelea, se relamía de gusto.:
-Barbacoa quiere decir «uno por barba. Nos ha salido gratis el convite. Algún tonto de baba se olvidó el paganini. Ñan, ñan, ñan, más hambre que Carpanta. Gargantúa y Pantagruel ya vienen de camino, lo mismo que Polifemo , alias el Polifeo… Ahora que caigo de la burra de su Tócame, Roque o mejor su Sin Pecado Concebida… A usted, ¿qué se le ofrece…?
-Parlamentaremos con un par y nada de lamentos. Romulo y Remo, Indívil y Mandonio, Patroclo y Menelao, Norberto y José Mary… ¿Quién da más…? Veinte duros y me devuelves las tajadas y el cestillo de mimbre y te quedas con pan y con el vino. Choca las cinco y media. A mis brazos, hermano… Todo sea por los niños, no te digo lo que hay… Tío putativo, traje de tiros largos los Domingos de Ramos a su cuenta y su riesgo…
-Mil pesetas mondas y lirondas y cerramos el trato.
«La ruina de Palmira… A rascarse el bolsillo. Menudo domund lo que me esperaba… El monte de piedad convertido en cordillera Machu Pichu… A mí que me registren… Y entonces, don Servando, pasó lo que pasó con el quinto mandamiento…
JORNADA SEGUNDA
«Nos pusimos las botas de las siete leguas, palmo más, palmo menos, mondadientes incluidos y alguna que otra erupción krakatoa, eructo va y cuesco pirotécnico, con la chiquillería festejando el evento hasta quedar dormidos a la pata la llana y piernas sueltas.
-Me explicarás, ay Pepiño adiós,- dijo su parienta en un aparte, tras soltarse la faja a punto de estallarle- cómo fue que Norberto, chupasangres de oficio y beneficio, se avino a soltar prenda a tocateja.
-Le pagué con Lucero… Sí, ¿qué pasa…? No iba a usufructuarle a tu persona… Rucio viene de sucio… Orejas cuesta abajo en su rodada y lomo de camello jorobado… Correoso, con sarna purulenta y con bubones… Ni rebuznar sabía el dorremí de los jumentos…
-No nos habrás dado a comer a la cabra Pichirila… Menudo cabrón estás tú hecho…
-Palabra de dios, te adoramos, señora…
-Por si acaso…
TERCERA JORNADA
Don Servando, rememorando que es gerundio, por el hilo saca el ovillo de un acertijo que le trae de mal traer, con tanto hueco recoveco y tanta charada a cucharadas.
-Mira, hijo… A ver si nos ponemos de preacuerdo… Un cuerpo de Norberto como sagrada forma no estoy dispuesto a tragármelo de buenas a primeras en esta barbacoa canibalesca… Blasfemias, no, muchas gracias… Bien es verdad que los periódicos de la época- pongamos «El Caso»-, se encargaron de airear la misteriosa desaparición de ese individuo. Y tú me sales insinuando que, por amor a sus hijos, te encargaste de asarlo a la parrilla. Antropofagia habemus, miserere nobis… Como cuento macabro, no está mal… De todos modos, yo que tú, prefiero el Catecismo del Padre Astete, dadas las circunstancias… Jesús, María y José… ¡Angelitos al Cielo…! Requiescat in pace amén. El pobrecillo en espera de horno crematorio… Dios castiga piedra ni palo…
Don Servando llamó a la enfermera y se puso a rezar, rodilla en tierra. El Padre Brown de Chesterton no se le salía de la cabeza…
FIN